1.918 La Basílica de San Vicente Ferrer fue proyectada por el arquitecto Joaquín María Arnau Miramón. La fachada actual se debe a Francisco Almenar que modificó el proyecto de Arnau del que ya se había construido una torre, sustituyendo las torres proyectadas por otras de mayor altura y de aguja calada y con esbeltos pináculos, siguiendo el modelo de la catedral de Burgos. La obra se inaugura parcialmente hasta el crucero en 1916. Posteriormente se construye el cimborrio, el trascoro, la sacristía y la capilla de la Comunión, hasta 1918, consagrándose definitivamente en 1921.
Con planta de cruz latina, sigue la traza del templo gótico. Atrio flanqueado con dos torres laterales, tres naves con cuatro capillas laterales por lado, crucero con cimborrio y ábside con girola. Las naves se cubren con bóvedas de crucería. Una cripta o sótano ocupa la extensión de la girola, concebida inicialmente para instalar las calderas que impulsaban el aire caliente al interior del templo mediante dos grandes rejas dispuestas a ambos lados del crucero (José Durá)
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