1931 Demetrio Ribes, arquitecto de la Estación del Norte, consiguió que la estación reflejara en gran medida la imagen y personalidad de la ciudad, utilizando para ello elementos decorativos autónomos y singulares propios del modernismo, entre los que destacan los realizados en cerámica de especial relevancia en la región por su belleza y alto grado de perfección. Imprescindible mencionar el reloj de bronce, que originalmente estaba rodeado por la leyenda "Caminos de Hierro del Norte", desaparecida con la compañía aunque no sucediera los mismo con otro símbolo de la compañía: la estrella de cinco puntas (L. Roisin)
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